… a pesar de ruido y cansancio…
La noche fue pasando en un sinfín de abrazos,
Entremezclados con sueños.
Al amanecer nos rendimos
Al ritmo del deseo,
Ternura incontrolada
Y el olor de nuestros cuerpos.
Arrastradas por lo suave de la piel y nuestros gestos,
Agarradas a los pechos,
Enredados nuestros dedos.
Deslizados en la humedad de nuestro sexo.